La innovación y la calidad van de la mano

Felipe Calvo

Por: Felipe Calvo
Coordinador de Normalización de INTECO

Actualmente, todos los países trabajan en la búsqueda de ofrecer productos, servicios, procesos y experiencias que vayan más allá de lo tradicional, que solucionen los problemas de hoy, para tener un mejor mañana, siendo para esto rentables y sostenibles. Eso en pocas palabras es innovación.

Muestras de esto lo vemos cada día, aunque no nos demos cuenta, por ejemplo, es común observar como nuestros celulares predicen las palabras que queremos escribir, tan solo con poner una letra. Eso no es más ni menos, que una sub ramificación de la Inteligencia Artificial llamada Machine Learning.

Por otro lado, podemos ver cómo conjuntos de países de una región en particular, logran consensos para implementar la misma tecnología para los expedientes médicos, las citas médicas por teleconferencia e incluso, cómo otros se adelantan a realizar cirugías con realidad aumentada.

Detrás de estos fascinantes logros en materia de innovación, están presentes documentos que muchos ignoramos, pero que están allí para que esto sea posible: nos referimos a las normas técnicas.

Estos documentos, más allá de las más famosas como las normas ISO 9001 o ISO 14001, existen normas como la ISO/IEC 30182 de ciudades inteligentes, las de manufactura aditiva de la ASTM, las de sistemas inteligentes de la IEEE, entre muchos otros temas más, funcionan como la base técnica para el ordenamiento y función de un sin número de procesos. Estas normas son desarrolladas por un gran número de expertos, cuyo principal objetivo, es mejorar el entorno en que vivimos, haciendo las cosas más sencillas en nuestra vida diaria.

En otras palabras, las normas establecen las reglas claras que los productos o los servicios deben de cumplir para que todo funcione como un sistema integrado.

Utilizar la estandarización es una clave estratégica tanto para la empresas, como para la ciudades y los países, ya que permite optimizar la puesta en marcha de la nueva creación, evitar duplicidades, contradicciones, desperdicios y errores e identificar nuevas oportunidades de mejora.

La normalización como tal, es un proceso evolutivo que conduce hasta la excelencia, pues cada vez que se desarrollan normas se obtienen nuevos conocimientos, se identifican nuevas oportunidades, se crean alianzas estratégicas y se genera el consenso entre todas las partes interesadas clave para que todo opere correctamente.

No debemos esperar a que las innovaciones lleguen a nuestro país para implementarlas, debemos ser parte del proceso de creación. Afortunadamente, en ese momento nos estamos ocupando de ello. Actualmente tenemos más de 100 comités técnicos nacionales, participamos en más de 25 comités internacionales y buscamos promover el trabajo de los expertos en los Ministerios y Entes Públicos, para promover el avance de Costa Rica.

El país puede y está en la obligación de establecer las reglas claras de los productos que se van a comercializar, así como de irse alineando a lo que se está estableciendo internacionalmente. Con un ente de normalización activo y participante a nivel mundial, Costa Rica tiene acceso a una plataforma de conocimiento en la que puede interactuar con las economías pioneras, preparadas y con gran experiencia en temas de innovación.

Debemos recordar que al final los más beneficiados son los consumidores, que van a tener acceso a muchos más productos, que estarán amparados por la calidad. La industria por su parte, tendrá más oportunidad de negocio al poder contar con equipos, productos o servicios más variados  y la administración pública podrá dar mayor seguimiento a la aplicación y cumplimiento del bienestar y seguridad de los ciudadanos que debe brindar el sector privado gracias a certificaciones, declaraciones y lineamientos claros de lo que se debe cumplir.

Nuestro objetivo estratégico es desarrollar 3.000 normas técnicas para el 2020, para lo cual hemos ido fomentando la innovación en nuestros procesos, tanto en la diversificación de los sectores de aplicación y al sumar nuevos protagonistas que aportan visión del mercado, como en la forma en que desarrollamos las normas.

Reiteramos que Costa Rica tiene mucho potencial para generar innovación, sin embargo, el camino es largo y complejo, donde podemos utilizar la normalización como el puente hacia el conocimiento que se genera tanto a nivel local como mundial, por ello, hacemos un llamado a todos los sectores para que se suman a este proceso de innovación, cuya visión es mejorar la calidad de vida de la sociedad costarricense mediante la normalización y su uso práctico en la vida cotidiana.

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