19 septiembre, 2024

Una comparación de Costa Rica con el mundo en materia de energía

Lectura:

Roberto Barzuna

Por:  Roberto Barzuna – Rb@loskosa.com
Director Financiero Sunshine

Es común conocer el entorno en el que uno vive, y por esto a veces se pierde perspectiva de que sucede en otras partes del mundo. En el mercado de energía particularmente, esto puede ser un reto pues no siempre se encuentran o son difíciles de analizar las estadísticas y bases de datos necesarias para tener una comprensión clara y poder analizarlo en comparación a nuestro entorno.

En los últimos tiempos, ya hemos visto lo que sucede en Costa Rica, aunque hay que darle un merecido aplauso al ICE por llevar al país en 70 años en un 99% de alcance del servicio en el país, por convertir a San José en la 3er ciudad electrificada del mundo, y más merecido aún por hacerlo con energías renovables, en especial la hidroeléctrica. Sin embargo, estos hitos se ven manchados por la historia reciente, en el que las tarifas eléctricas en el país continúan al alza (Gráfico #1), la situación financiera de la institución es realmente preocupante por el incremento descontrolado en sus gastos fijos y negocios poco rentables, y la capacidad de transformación y adaptación a las nuevas tecnologías y tendencias del mercado ha sido bastante lenta, producto de ineficiencias internas.

¿Pero qué sucede en el resto del mundo? ¿Es realmente el costo de la energía un problema en Costa Rica?

Para contestar estas preguntas es necesario ver los siguientes cuadros, realizados con datos del Banco Mundial y de International Energy Agency (IEA, un conglomerado de 30 países que comparten su información energética) y de la ARESEP en Costa Rica.

Primeramente, es necesario analizar las tarifas residenciales:

UNIDADES EN US$/KWH

En la siguiente tabla, se observa claramente que la política socioeconómica del país está en regla, ya que las casas que menos consumen energía tienen tarifas sumamente bajas y en comparación a otros países mantienen este rango, logrando así cierto equilibrio teórico con respecto a las clases sociales presentes en el país. Pero ¿qué sucede con aquellas casas que consumen más de 250 kWh por mes?

UNIDADES EN US$/KWH

Estas incrementan casi un 80%, convirtiendo a Costa Rica en uno de los países más caros para tener una casa que consuma más de ₡30.000 aproximadamente. Esta segregación toma más recursos de clase media (en todo su rango) que podrían ser utilizados en el consumo de productos y servicios productivos del país. Es importante que estos datos son solo de energía, y falta incluir los costos como alumbrado público, bomberos e impuestos en los cálculos.

¿Qué sucede con las tarifas comerciales?

UNIDADES EN US$/KWH

Como se observa en la tabla, Costa Rica tiene algunas de las tarifas más altas para el sector comercial en comparación con la muestra de países, inclusive en su rango mínimo, convirtiendo la energía más en un problema que en atractivo no solo para inversión extranjera, sino para la subsistencia de pequeñas y medianas empresas en el país, que luchan diariamente para mantener su competitividad y aportar económicamente al país. Este problema es bastante más grave de lo mostrado en la tabla, pues solo se muestra el cobro por energía, a los que nuevamente hay que sumarle los impuestos, alumbrado y bomberos, pero también hay que agregarle el costo de la “potencia” o demanda, que es un rubro sumamente alto en el país, con un cobro aproximado de hasta $21 por cada kW consumido (diferente al kWh), y que puede representar desde un 30% a un 70% de la facturación mensual para el consumidor final, cuando en países como Panamá, por ejemplo, el cobro de la demanda es aproximadamente $9 por cada kW.

Todo lo anterior, desde mi perspectiva, es producto de algunas malas decisiones, supervisión y estructuración financiera de las operaciones energéticas en la historia reciente de Costa Rica, como, por ejemplo, la planta hidroeléctrica Reventazón que tiene un costo aproximado de $0.14/kWh (incluso más alto que algunos de las tarifas que actualmente cobra el ICE), la inexistencia de un “Despacho Económico” (generación y despacho de energía de la fuente más barata a la más costosa), y la reticencia al cambio por parte del estado, específicamente sus monopolios relacionados a energía (ICE y Recope).

Por todo lo anterior, y lamentablemente como costarricense, considero que la energía en el país no es ni cercana a competitiva y por lo tanto perjudica la economía del país, la generación de nuevo empleo y la inversión extranjera. Ese es el problema, pero… ¿cuál es la solución?

Considero que no hay una sola solución, sino que esta se debe componer de un conjunto de acciones que deben ocurrir para combatirlo y tener un país más competitivo. En mi carrera descubrí que la energía solar distribuida es una de ellas. He visto caer los precios de los paneles solares dramáticamente desde hace 5 años, propiciando una energía verde, muy bancable, que genera ahorros muy significativos, que provee mejor calidad de energía y además genera miles de empleos a nivel mundial. Solo en Costa Rica se estima que la industria de energía solar distribuida genera +1800 empleos actualmente, y esto con todas las trabas y complicaciones que existen. Solo imaginen… ¿qué pasaría si no existieran estos obstáculos? Más energía verde, mayor competitividad para los comercios, menor costo para sus casas (y por esto mayor consumo en otros bienes y servicios), más empleo, mejor calidad de energía, mayor competitividad para el país, más inversión extranjera, (nuevamente) más empleo, y al final, una mejor calidad de vida para el costarricense. Busquemos nuevas soluciones que aporten y quitemos las trabas a las que ya existen.

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