Aspectos básicos para que la Inteligencia Artificial sea confiable

Inteligencia Artificial

Dotar a la Inteligencia Artificial de valores y principios morales que rijan su desarrollo es un tema de interés compartido por los líderes empresariales. Hoy en día la industria se enfrenta al dilema de la ética y los valores frente a los avances tecnológicos que tienen a sus espaldas intereses creados.

Prácticamente la mayoría de la población, en este momento, desconoce las implicaciones éticas en las que se incurre al diseñar un producto con Inteligencia Artificial, más allá de la implicación de los datos y preservar la privacidad de los usuarios, hay muchos espacios que pueden prestarse para manipulaciones y sistematizar conductas inapropiadas.

Directa o indirectamente los valores, juicios, la intencionalidad y la carga de condicionamientos culturales que posee quien desarrolla o crea productos de Inteligencia Artificial se verá reflejada en lo que haga, por lo que la ética y legislación se hace indispensable.

Hay buenos ejemplos que muestran cómo la IA ha ayudado a mejorar el mundo de los negocios, la vida y la sociedad, así como los diagnósticos médicos, la conducción automática, la traducción de textos, la personalización de productos y servicios, la optimización de la cadena de suministro, la gestión de desastres humanitarios y el cambio climático, entre otros muchos.

Durante varios años, Telefónica ha utilizado la IA para optimizar sus procesos comerciales, mejorar la relación y experiencia del cliente y ayudar a mejorar las operaciones de sus clientes B2B.

Pero, todas estas oportunidades también conllevan una gran responsabilidad. La aplicación de tecnología de IA puede llevar a resultados injustos o discriminatorios si la persona o el equipo que diseña o implementa los servicios no es cauteloso y consciente de posibles resultados no deseados.

Luis Carlos Rojas, B2B Country Leader de Telefónica Costa Rica explica cinco principios clave que los sistemas de IA deben cumplir para ser considerados confiables:

  1. IA Justa:  Se debe asegurar que las aplicaciones de tecnología de IA produzcan resultados justos. Esto significa que no deben conducir a impactos discriminatorios por razón de la raza, el origen étnico, la religión, el sexo, la orientación sexual, la discapacidad o cualquier otra condición de las personas.
  2. Transparencia: Ser explícitos con el tipo de datos, personales o no, que utilizan los sistemas de IA, así como la finalidad para la que se van utilizar estos datos. Cuando los sistemas de IA tomen o respalden decisiones, se requieren medidas técnicas y organizativas necesarias para garantizar un nivel de comprensión adecuado para el área de aplicación.
  3. Centrada en las personas: La IA debería estar al servicio de la sociedad y generar beneficios tangibles para las personas. Telefónica es consciente del hecho de que la implementación de la IA en sus productos y servicios no debe, en ningún caso, provocar un impacto negativo en los derechos humanos o en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Es preocupante el posible uso de la IA para la creación o propagación de noticias falsas, adicción a la tecnología y en general el potencial refuerzo del sesgo social en los algoritmos.
  4. Privacidad y seguridad desde el diseño: Los sistemas de IA se basan en datos, y por ende, respetar el derecho a la privacidad de las personas y sus datos personales. Los datos utilizados en los sistemas de IA pueden ser personales o anónimos/agregados. Al procesar datos personales, se debe cumplir en todo momento con los principios de legalidad, imparcialidad y transparencia, minimización de datos, exactitud, limitación de almacenamiento, integridad y confidencialidad.
  5. Con socios y terceras partes: Se debe reservar el derecho contractual de comprobar con los proveedores que la lógica y los datos utilizados son ciertos, tal como estos los declaran.

Seguir estos principios establece una normativa que en principio ayudará a poner límites que hoy no tienen los desarrollos IA.

Todos estos pasos firmes hacia la legislación y democratización muestran que el tema ético de las nuevas tecnologías estará ocupando una gran relevancia en las conversaciones que marcan el devenir de la sociedad.

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