Por: Jahzeel Cordero, líder estratégico de Alegra.com en Costa Rica.
A pesar de su obligatoriedad, una gran cantidad de contribuyentes costarricenses aún no emiten comprobantes electrónicos para respaldar sus transacciones. Esto, es una señal de que persiste la informalidad entre los emprendedores costarricenses.
Costa Rica se posiciona como una de las economías regionales con mayor participación de micro, pequeñas y medianas empresas en Latinoamérica. Estas representan el 97.4% del total de compañías, según datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC). Sin embargo, este vital sector se ve significativamente impactado por la persistente informalidad en sus operaciones.
Un nuevo estudio llevado a cabo por Alegra.com, analizó esta situación en Costa Rica.
De acuerdo con el informe, el Ministerio de Hacienda estableció la obligatoriedad de la facturación electrónica para todos los contribuyentes en el año 2019. Ello a través del Decreto 4180-H 2019. Sin embargo, 5 años después, las mipymes son las que presentan más dificultades para cumplir con sus obligatoriedades fiscales de manera formal.
Este fenómeno también se hace visible en los resultados de la encuesta realizada por el MEIC a las microempresas en hogares. Conforme a los hallazgos, el 70% de las microempresas no emite ningún tipo de comprobante de compra. Dentro del restante 30%, únicamente el 23% opta por la emisión de comprobantes electrónicos.
Formalizar las operaciones a través de la facturación electrónica puede resultar desafiante para los emprendedores costarricenses. Sin embargo, la formalidad trae consigo grandes beneficios para el crecimiento de estos negocios.
Las principales ventajas de la formalización radican en un mejor control de las operaciones. Así como transparencia. Esto facilita el acceso a beneficios fiscales y créditos; entre otros.
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