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Por: Felipe Calvo, director de Innovación en Inteco.
En la actualidad, hablar de éxito empresarial sin el componente innovación puede ser casi imposible. En algún grado, las empresas y las personas que la conforman han realizado un proceso de prueba y error hasta encontrar una solución. La cual permita poner en balance la capacidad de la empresa con las necesidades de los clientes. Así como su disposición a pagar por ella.
La capacidad de generar nuevas ideas, productos y servicios, pero al mismo tiempo someterlas a prueba, aprender de ello y volverlo a intentar, es crucial para mantenerse competitivo en un mercado en constante evolución. Además, en el cual las reglas se rescriben de manera constante.
La innovación no es algo que se pueda improvisar o dejar al azar. Mucho menos dar por sentado que está asegurada. Esto aun cuando tengamos los recursos, los equipos y el espacio para ello. Siempre se requiere una gestión cuidadosa y estructurada. Es aquí donde la serie de normas ISO 56000 de gestión de la innovación, dan un gran apoyo.
La serie de normas ISO 56000 a hoy se compone de seis partes. Cada una de ellas se centra en un aspecto diferente de la gestión de la innovación. Por ejemplo, fundamentos, orientación de la gestión, herramientas, evaluación, propiedad intelectual e inteligencia estratégica. Además, se encuentran en desarrollo otras cinco más. Estas normas proporcionan diversos componentes para establecer y mejorar un sistema de gestión de la innovación en una organización. Lo que permite desarrollar no sólo un enfoque sistemático y estructurado para la innovación, sino, además, la capacidad para definir una cultura que apoya la creatividad, participación del personal y aprendizaje en un ambiente controlado.
Una de las grandes ventajas de utilizar las normas ISO de innovación, es que además de ser desarrolladas por muchas personas con gran experiencia a nivel mundial, es que proporcionan un marco común para la gestión de la innovación altamente reconocido a nivel mundial. Esto significa que las empresas podrán tener la certeza que están aplicando criterios altamente reconocidos. Además de ser sumamente aceptados. Esto facilita la colaboración entre socios comerciales y proveedores. Además de que propicia el intercambio de conocimientos, acelerando así los procesos de innovación.
Otra de las ventajas importantes a remarcar de este conjunto de normas es que ayudan a las organizaciones a identificar y mitigar los riesgos asociados con la innovación. Esto ya que “no todo lo que brilla es oro” y como se dice en la jerga de innovación, “no toda idea es igual a un buen negocio”. Innovar siempre conlleva un grado importante de incertidumbre y riesgo. De lo contrario no sería innovación. Una gestión adecuada de las ideas y su testeo ayuda a reducir de manera importante estos riesgos y con ello, maximizar las oportunidades de éxito y/o aprendizaje.
Este conjunto de normas proporciona una serie de herramientas y marcos metodológicos que permiten identificar y evaluar los riesgos asociados con la innovación. Lo que permite a las organizaciones tomar mejores decisiones basadas en el aprendizaje, datos reales y la experiencia.
Al implementar un sistema de gestión de la innovación, tomando como base la norma ISO 56002, las empresas pueden mejorar aspectos como la eficiencia y la efectividad. Esto ya que su enfoque ayuda a reducir el consumo de tiempo y recursos necesarios para desarrollar nuevos productos o servicios.
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