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La ansiedad y la depresión son los síntomas más consultados por los pacientes en los servicios de salud del país. Así se desprende de una información de la revista The Lancet.
Esta señala que “Costa Rica incrementó en un 35,2% los trastornos depresivos y en un 35,6% los trastornos de ansiedad durante el año 2020. Según el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), esto significa que Costa Rica se ubica 7,6 puntos porcentuales por encima del promedio planetario en trastornos depresivos y 10 puntos porcentuales por encima del promedio planetario en trastornos de ansiedad para el año 2020, que son atribuibles a la pandemia”.
En el primer semestre del 2021 se registraron 3.438 situaciones atendidas por síntomas de depresión con una mayor incidencia de personas entre 50 y 54 años. No obstante, pero con datos muy similares en todas las edades entre 15 y 74 años, según la información de Vigilancia de la Salud.
Solo en las primeras 15 semanas del presente año se registraron en nuestro país 1.390 atenciones señaladas como depresión. La mayor incidencia se dio en personas entre 35 y 39 años, seguida muy de cerca por personas menores de edad entre 10 y 14 años.
Otro dato relevante y preocupante es el relacionado con situaciones atendidas por intención suicida. El 26% corresponde a personas de 15 a 19 años, seguido de 10 a 14 años y de 20 a 24. Esto con un porcentaje de 16% y 15% respectivamente.
“Sentirse ocasionalmente triste, enojado o con temor es parte de la vida. Pero si uno o un ser querido lo experimenta la mayor parte del tiempo, es el momento de pensar en buscar ayuda”, enfatizó Alessandra Hall, profesional en Psicología y profesora de la Universidad Fidélitas.
Existen síntomas y señales que las personas pueden observar para identificar que algo no anda bien. De acuerdo con Hall, están la irritabilidad, ansiedad, llanto o tristeza sin razón aparente. Así como alteraciones del sueño y alimentación, fatiga, molestias gastrointestinales. También dificultades para concentrarse, entre otras.
Algunos consejos que la especialista brindó para superar estos síntomas están: practicar actividad física, así como tener un sueño reparador. También cuidar la alimentación, evitar el aislamiento, plantearse metas por lograr, y buscar formas de entretenimiento sano.
Otra afectación que pueden tener las personas es cuando cuidan a una persona con cáncer. Esta situación, en ellas, puede afectar su salud mental.
De acuerdo con Josymar Chacín, psicóloga y especialista en Psiconeuroinmunología, el cuidador llega a asumir un papel dependiente en la vida del paciente. Esto principalmente cuando son adolescentes, ya que se da un retroceso a nivel físico y mental en ambas partes.
“Un diagnóstico de cáncer es muy difícil de afrontar. Sin embargo, el trabajo de todos juntos en la familia, es primordial para tener una mejor calidad de vida. La curación del cáncer no es solo física, es mental, social y espiritual. E involucra a toda la familia”, comentó Chacín.
Ante esta situación, el Proyecto Daniel desarrolló el programa Café Naranja. Este tiene como objetivo brindar un espacio a los cuidadores para evacuar dudas, compartir experiencias y escuchar a profesionales. Los cuales les puedan guiar durante el proceso de la enfermedad, de sus hijos.
“Este programa ha sido muy provechoso. Hemos compartido con mujeres y hombres valientes que han dejado su vida de lado por dedicarse al cuidado de sus hijos. También recordándoles que ellos, como cuidadores, también necesitan del cuidado y chineo de sus familiares. Así como de ellos mismos. Que sus proyectos de vida pueden seguir caminando a un paso lento, pero no desecharlos por completo”, concluyó Silenia Díaz, coordinadora del programa de Proyecto Daniel.
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