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Por: Cecilia Collado
Gerente de Digital Factory de GBM.
La nube es hoy en día la elección predilecta como habilitador de la transformación y actualización tecnológica empresarial. El temor de años atrás ha sido sustituido por una gran confianza hacia los grandes proveedores de infraestructuras cloud.
Agilidad, escalabilidad, mayor control del gasto, elasticidad y la vasta gama de servicios provistos en estos ecosistemas, siguen siendo las grandes fortalezas que impulsan la modernización para lograr el cierre de brechas y la disminución de deudas técnicas.
Sin embargo, es fundamental que las organizaciones y empresas pasen de la etapa de migrar sus datos a la nube, a modernizar e innovar sus infraestructuras cloud. De lo contrario, esto les garantiza a las empresas el camino hacia la obsolescencia, retrasando su competitividad y agilidad. Hablamos de “innovación en la nube” cuando una organización alcanza una postura tecnológica apalancada en el uso de infraestructura, plataformas y servicios on cloud para la gesta de nuevos modelos de negocio, experiencias y productos digitales que le permiten provocar una disrupción con gran valor para sí misma o para sus aliados comerciales y clientes.
La innovación per se no es una consecuencia directa de la nube. Una organización puede ser innovadora sin ella. Sin embargo, con dificultad se podrá igualar a las bondades financieras, técnicas y operativas en el balance justo para alcanzar rápidos objetivos de mercado como sí es posible a través del cloud. Velocidad, disponibilidad, costo por consumo, robustez, diversidad de recursos, prescindir del peso de la adquisición de activos. Estos son elementos con mucho peso para optar por la nube.
Leer más: ¿Qué es la modernización en la nube y cómo ayuda a las empresas?
Una vez que se atraviesa el proceso de migración y modernización, es cuando llega la hora de innovar. Algunas preguntas clave que pueden realizarse los líderes al respecto son:
La dinámica de cada sector es particular. Cada organización responde a un contexto y necesidades distintas. La innovación por sí misma debe ser consecuencia de un motivo de negocio que impulsa esa necesidad de gestar nuevos modelos o productos. El objetivo es que la tecnología sea un habilitador, un catalizador y no un elemento bloqueante. Los aspectos tecnológicos engranados y listos para que el proceso fluya ágilmente. Entonces, la frecuencia en sí, la marca el negocio mismo que deberá poseer además una postura tecnológica que le permite alcanzar un eficiente time-to-market.
Esta dinámica de innovación conlleva una serie de beneficios para las empresas tales como escalabilidad, portabilidad de aplicaciones, agilidad en la entrega de servicios. Además, mejora del time-to-market, mejora productiva de desarrolladores, eficiencia operativa, estandarización y reducción de costos operativos.
Para lograr esto, las organizaciones deben seguir una serie de pasos que incluyen:
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