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Por: Ernesto Hip
Director de Administración de Negocios Universidad Fidélitas.
Cada vez que se cierra un ciclo anual, surge una interrogante: ¿Cómo será el próximo año? Y no se puede hablar del futuro, sin contemplar la coyuntura nacional e internacional del pasado y del presente. Los cuales han estado marcados también por una crisis económica anterior. Así como por la zozobra constante de una crisis sanitaria que golpeó prácticamente a todos los sectores de la economía. Y la cual sigue presente, generando incertidumbre con los rebrotes. También acompañada de otra crisis relacionada con las cadenas de suministros que también ha provocado un repunte inflacionario.
En consecuencia, para hablar de las perspectivas económicas del 2022 en Costa Rica, es necesario contemplar, además de esa coyuntura internacional, cuatro variables muy sensibles.
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Tenemos que señalar que dichos aspectos han venido mejorando. Pero que deben ser sostenibles en el tiempo. Esto para que los evaluadores del FMI concluyan que nuestro país ha tomado la decisión de iniciar el proceso de ordenamiento de las finanzas públicas en forma coyuntural.
Se deben tomar en cuenta algunas medidas a nivel de familia que les permita prepararse de cara a momentos de incertidumbre.
Lo primero que se debería establecer es un plan consistente de ingresos y gastos que se apeguen a la realidad económica de la familia.
Como parte de este plan, se debe procurar el ahorro a nivel de tarifas de servicios públicos. Como lo son la electricidad, agua y otros que en ocasiones utilizamos sin mucha consciencia.
Además, se debe procurar ingresos adicionales y tener una meta de ahorrar por lo menos un 5% de los ingresos. Así como revalorando siempre si las futuras compras, los gastos o pagos que harán son estrictamente necesarios.
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