Empresas deben impulsar la “agilidad empresarial” para reponerse de la crisis

Para entender el contexto que enfrentan las empresas es necesario responder primero: ¿qué es la agilidad empresarial? De acuerdo con expertos, esto es tener dentro de la organización la capacidad y disposición para adaptarse. Además de crear y aprovechar el cambio en beneficio de sus clientes.

Aunque en la región el concepto se ha venido trabajando, el tema cultural y sobre todo las estructuras de trabajo jerárquicas, con toma de decisiones muy centralizada en ciertos roles en la organización, impiden que avance al ritmo deseado en nuestro país. Así lo considera la directora Académica de la Especialidad de Agilidad Empresarial en la Universidad Lead, Gabriela Chinchilla.

Para la experta, este panorama podría dejar en desventaja a Costa Rica. Esto ante un mundo que camina aceleradamente de la mano de la tecnología. Y que elimina los procesos burocráticos para responder rápidamente a los cambios en los mercados, entre otros.

Para Chinchilla, “la transformación incluye nuevos roles y está en constante cambio. Aunque culturalmente nos hemos apegado a modelos de trabajo, debemos estar anuentes a romper paradigmas. Y sobre todo modificar la forma en que operamos. Es claro que, si usted no se adapta y empieza a agregar valor al cliente de forma rápida, la empresa perderá posición en el mercado. Debemos iniciar a fomentar aspectos culturales alineados a la experimentación y el aprendizaje. Donde empoderamos en la toma de decisiones a las personas que están directamente enfrentando los problemas de los clientes”.

Las principales áreas de las organizaciones que han adoptado principios de agilidad empresarial y las llevan a la práctica son en desarrollo de software. Además de información tecnológica, operación, mercadeo y seguridad, recursos humanos, ventas y finanzas.

¿Necesita aplicar la agilidad empresarial?

La experta señala que las empresas pueden presentar algunos síntomas cuando necesitan aplicar estrategias de agilidad empresarial.

Algunas de estas son:

• Se notan cuellos de botella en algunas áreas de la organización. 
• Cada departamento trabaja de manera independiente.
• Las decisiones las toman unos pocos.
• Existe mucha jerarquía que vuelve lenta a la organización.
• Existen muchos procesos manuales que quitan tiempo valioso para pensar o para habilitar información.
• No se miden los objetivos al menos de manera trimestral para determinar avances.
• Se inician proyectos que duran mucho tiempo, y no necesariamente se cumplen expectativas del negocio.

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