Las asociaciones de desarrollo comunal pueden convertirse en aliadas importantes para superar el efecto negativo de la pandemia.
Así lo considera Fundes, quien señaló que ante la pandemia, es importante visibilizar los esfuerzos para generar nuevas fuentes de empleo. En este sentido, los proyectos de base comunitaria, en donde los actores centrales son las asociaciones de desarrollo comunal, toman gran relevancia.
Para Fundes a la hora de articular alianzas multisectoriales se debe sumar a estas asociaciones. Esto con el fin de gestionar proyectos que generen nuevas fuentes de empleo con un enfoque de género. Así como de encadenamientos e inversión en infraestructura pública.
En Costa Rica, este tipo de asociaciones surgieron con el objetivo de involucrar a la población en acciones para mejorar la infraestructura de servicios públicos. Así como empujar por mejores condiciones sociales, económicas, culturales y ambientales del área en que conviven.
Datos proporcionados por Fundes señalan que a hoy existen más de 3.000 asociaciones de desarrollo comunal en el país.
Precisamente, agregó, durante la pandemia, estas han servido como canales directos de asistencia social. Y también han generando nuevas fuentes de empleo por medio de la creación de microempresas sociales.
Un caso es el proyecto Comunidades BAC. Este fue posible gracias a la participación de BAC Credomatic, Dinadeco, Incae y Fundes.
El objetivo del proyecto fue contribuir con el desarrollo económico local a partir del emprendimiento comunitario. Como resultado de este proyecto, se fundaron 3 empresas sociales en La Fortuna de San Carlos, Barrio La Cruz de Liberia y Frailes de Desamparados.
Dichos emprendimientos ofrecerán servicios de alquiler de locales de una plaza comercial, alquiler de canchas en un complejo de fútbol. Así como una cafetería con una experiencia vivencial del café, sirviendo como ejemplos claros de reactivación económica y laboral.
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