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Cuando se está en la zona de confort, no hay crecimiento en ninguna área, ni en la personal, ni en la profesional, ni en la financiera. Así lo aseguró el consultor financiero, Juan Carlos Garreta, durante una charla de finanzas personales en la Universidad Fidélitas.
En ella señaló que la única forma de crecer en inversiones es saliéndose de esa zona de confort que le genera una estabilidad relativa. Esa que no le genera ansiedad, pero tampoco recompensas adicionales. Y se podría estar perdiendo de obtener incentivos monetarios.
La recomendación de Garreta es la conveniencia de invertir en una cartera diversificada para salir de la zona de confort. Lo que se asigne a cada instrumento dependerá del inversionista. Por eso la recomendación fundamental es acercarse a un asesor de inversiones de mucha confianza que le ayude a definir el portafolio de inversiones. Esto según los objetivos de corto, mediano o largo plazo que usted pueda tener, enfatizó.
En el campo de las inversiones aplica algo similar, explicó Garreta. En esta temática, la zona de confort es aquella donde se utilizan instrumentos tradicionales. Tales como cuentas de ahorro y certificados a plazos. En general, hay bastante seguridad en esta zona, pero el crecimiento difícilmente será suficiente para superar la inflación, pues el patrimonio neto no crece.
Estos instrumentos del sistema financiero en general tienen una tasa de referencia. Como consecuencia de la pandemia y como un mecanismo de ayudar a las economías a reactivarse, las tasas se han ido reduciendo considerablemente, y es muy probable que se mantengan así por los siguientes 2 o 3 años, explicó el experto.
Aún ante las eventuales amenazas inflacionarias de las últimas semanas, la Reserva Federal de EEUU lo considera como un fenómeno de ajuste de corto plazo. Esto a pesar de que hay posiciones de eventuales alzas en las tasas de interés si la inflación continúa. Sin embargo, la experiencia de varios años es que el crecimiento en esta zona es relativamente pequeño.
Además de la zona de confort, existen la de desempeño óptimo y la de peligro. Las dos últimas apuntan al crecimiento.
No obstante, la de peligro hace alusión a aquellas inversiones de alto riesgo por su volatilidad, que eventualmente le pueden ayudar a hacer crecer el capital muy rápidamente, más no de manera sostenible. Pero también se exponen a una alta posibilidad de pérdida.
En este sentido, agregó el experto, se podría referir a los esquemas de trading, criptomonedas e incluso startups.
“Muchos de estos instrumentos también son afectados por la especulación. Y como el desempeño anterior no garantiza el futuro, no es raro ver las famosas burbujas en donde de repente se da una pérdida de valor importante”, agregó Garreta.
El especialista señaló que la buena noticia es que en medio de esas dos zonas existe la de desempeño óptimo. La cual básicamente es una serie de instrumentos que, sin necesidad de exponerse a riesgos altos, tienen un buen potencial de crecimiento.
“En general consisten en una serie de instrumentos que se estructuran en plazos de 3 años en adelante. Y se pueden acceder a través de puestos de bolsa y asesores financieros”, dijo.
Agregó que hay perfiles más balanceados que podrían poner un 10% en la zona de confort, un 80% en la zona de crecimiento y un 10% en la zona de peligro.
“Al final de cuentas, la distribución óptima es una decisión muy personal. Pero lo que se hay que asegurar es que la misma sea informada. Es decir, que se conozcan los pormenores de las inversiones y lo que se puede esperar de las mismas”, concluyó Garreta.
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