Lecciones aprendidas a un año de pandemia en nuestra educación

Educación

Por: Randall Pacheco Vásquez
Director Ejecutivo de
Junior Achievement Costa Rica

Cumplimos un año de un proceso de adaptación colectiva, como lo ha sido la situación generada por la propagación mundial de la Covid-19. Por esto, es un buen momento para realizar un proceso de reflexión sobre lo que ha sucedido y está sucediendo en nuestros ámbitos de educación.

La niñez y la juventud en específico, se encuentran inmersos en una serie de dilemas. De los cuales nos hemos ocupado poco en dialogar dada la prioridad sobre los temas económicos y sanitarios que nos han puesto a correr.

La Covid-19 llegó para cambiar los aspectos sociales, económicos y culturales a los cuales veníamos acostumbrados por décadas. Situaciones como el contacto familiar, la cotidianidad de las rutinas en los trabajos. También escuelas y colegios, las salidas con amistades, la despreocupación por la cercanía de las demás personas.

Uno de los cambios a los que nos hemos visto enfrentados y expuestos y que, en mi opinión, no hay marcha atrás, es la aceleración e incorporación de procesos de educación. Esto utilizando herramientas a distancia y de virtualización. Llegando a formar parte de nuestro léxico palabras o frases como “asincrónico”, “sincrónico”, “tareas a distancia”. O bien “guías de trabajo autónomo”, “conectarse a la clase”, entre muchas otras más.

Pero la situación va mucho más allá del vocabulario. Pues la adaptación ha tenido que ser familiar con el uso de los pocos o nulos recursos tecnológicos con que se contaba en los hogares. Los más afortunados han logrado incorporar mayor velocidad de internet en sus casas.

Sin embargo, nos debe llamar la atención que, en un país donde las estadísticas hablan que somos uno de los países con mayor penetración en telefonía celular, el MEP reporta que prácticamente 324.000, no tienen acceso a internet.

Reflexión de la educación

Es aquí donde la reflexión cambia totalmente de dirección. Ya que los procesos de virtualización y a distancia de la educación son grandes esfuerzos que debemos reconocerle al MEP. Así como a los directores y educadores de todo el país.

Como sociedad estamos llamados a resolver la brecha de acceso y de alfabetización digital. La cual notoriamente se está haciendo más extensa. Esto en un momento en el que la educación tiene la oportunidad de ser aún más accesible, innovadora y motivante. Siempre y cuando si se logra canalizar los recursos existentes y adaptarse rápidamente a los cambios que se nos presentan.

Una de las evidencias de adaptación y aprovechamiento de oportunidades, las hemos visto organizacionalmente en Junior Achievement Costa Rica, que en conjunto con el MEP, municipalidades, empresas patrocinadores,  y otras entidades han podido abordar a más de 44.000 jóvenes y personas emprendedoras de todo el país en 2020.

Estudiantes de secundaria de todo el país y personas emprendedoras, han logrado aprovechar una gama de más de 25 programas robustos y actualizados. Que tanto docentes como voluntarios de diferentes empresas hacen posible impartir. Además de llegar a las comunidades con contenidos de preparación para las economías del futuro e inspiración vocacional.

En tiempos donde los panoramas son turbios por cambios abruptos. Además donde muchos de estos cambios llegaron para adaptar o transformar la cotidianeidad. Y muchos otros han puesto en reflexión a la sociedad misma. Es donde todos debemos invitarnos para aportar y apoyar iniciativas inclusivas y accesibles para la población más vulnerable y de menores recursos. Esto donde la tecnología debe ser un medio de apoyo de educación y no un limitante.

Hacemos un llamado social, empresarial y político, para transformar prácticas de crecimiento comunitario y nacional para la educación. 

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