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Por Ing. Carlos Montero
Académico con permanencia de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Computación de la Universidad Fidélitas.
Más de 2000 millones de personas alrededor del planeta utiliza WhatsApp para su mensajería instantánea por la agilidad, facilidad, eficiencia, eficacia y sobre todo, seducidos por la “gratuidad”. Hace unos días, estos usuarios sintieron amenazada su intimidad por las nuevas políticas anunciadas por esta plataforma. Y aunque recientemente también anunció que pospone la aplicación de las nuevas medidas, lo cierto es que, es un buen momento para prestar mayor atención al uso que le damos a la información que compartimos en las diferentes plataformas de socialización o comunicación.
Pregunta importante: ¿Qué tanto análisis y valor le da a la información que comparte por WhatsApp y otras redes?
De acuerdo con las nuevas condiciones de uso manifestadas anteriormente por los proveedores del servicio de WhatsApp, en principio, el usuario no debería preocuparse, pues, según ellos, los mensajes seguirán cifrados. Esto quiere decir que se encuentran bajo algún tipo de conversión para que no puedan ser leídos por terceras personas que no están invitadas explícitamente en la comunicación.
No obstante, sirve la pregunta para que cada usuario analice cuál es la información que publica o envía en cualquiera de todas las plataformas.
“En mi concepto, la manera en la cual ha sido comunicado el potencial cambio ha provocado en los usuarios de WhatsApp una mayor concientización sobre el valor de la información personal. Por lo menos eso se deduce a partir de la migración masiva de millones de usuarios hacia otros sistemas de mensajería como Signal o Telegram. Es importante aclarar que la información disponible para terceros se obtiene desde el dispositivo y no necesariamente desde el mensaje”, explicó el MSc. Carlos Alberto Montero, académico con permanencia de la carrera de Ingeniería en Sistemas de Computación de la Universidad Fidélitas.
Montero explica que el dispositivo sabe de nosotros tanto, como todo aquello que le tenemos escrito o almacenado en él, tal como correos, mensajes de texto, nombres, fotos, videos, contactos, y, si tenía una aplicación activada de georreferenciación, también sabrá ubicación y el historial de a dónde nos hemos movilizado.
Otra “sorpresa” que se ha dado en los usuarios a partir de este comunicado de WhatsApp, es que se ha comprendido que en algunos casos la información ya estaba siendo compartida con otras aplicaciones, sin que ni siquiera lo supiéramos o estuviéramos conscientes, agregó Montero. Esto se da gracias a que en algún momento el usuario recibió una consulta a la que de inmediato, sin un análisis concienzudo, cliqueó estar “De acuerdo” o en inglés “I agree”, sin ponerle atención a estas cláusulas de “letras pequeñas” que suelen incluir este tipo de requerimientos, reiteró el experto de Fidélitas.
Este “estoy de acuerdo” (en compartir mi información) es el costo que pagamos por el uso de una aplicación que en principio es gratis y es eso lo que realmente nos debe de ocupar”, enfatizó Montero. Por ejemplo, el uso de una ubicación nos podría invitar a conocer por medio de las redes un lugar cercano de donde estemos, sin que nosotros hayamos hecho la consulta explícitamente en el internet. ¿Cómo y por qué…si no lo estamos buscando en ese momento? Porque todas nuestras redes están llenas de información personal que reflejan estatus, costumbres, gustos, preferencias, etc., y dicho análisis e información le genera ingresos a una plataforma tecnológica utilizada por millones de usuarios que la consume todos los días.
Ahora bien, tome en cuenta que las otras aplicaciones a donde están migrando millones de usuarios, también son gratis, y nada garantiza que al final del camino se presente esta misma situación, porque el uso de la información que muchas veces no consideramos valiosa para nosotros es muy valioso para otros.
Por eso… ¿me ocupo o me preocupo con el uso de WhatsApp y otras aplicaciones?
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