Trump tenía razón

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Jaime García Gómez, Director de Proyectos de Progreso Social e Investigador del CLACDS/INCAE

Por: Jaime García
Director del Índice de Progreso Social e Investigador de CLACDS/INCAE

En medio del complicado proceso electoral de Estados Unidos, y la división que los números muestran, el principal lema de campaña del presidente Donald Trump, “Make America Great Again” o en español, “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande” toma una gran relevancia. Y es que al ver el desempeño del país en indicadores sociales y ambientales como los que mide el Índice de Progreso Social saltan a la vista rezagos importantes en temas que no deberían de preocuparle a la economía más grande del mundo, casi un 23.6% de la economía global, en términos de Producto Interno Bruto (PIB).

Por ejemplo, en la tasa de mortalidad materna Estados Unidos (EU) ocupa el lugar 73 de 163 países con una tasa de 29.34 fallecimientos por 100,000. Es decir, la probabilidad de que muera una mujer dando a luz en Estados Unidos es mayor que en Chile, Uruguay o Costa Rica, tres países de América Latina con menor tasa de mortalidad materna.

En términos de seguridad, y específicamente la tasa de homicidios, EU tiene una tasa de 4.96 homicidios por cada 100,000 habitantes ocupando la posición 95 de 163 países. Si se compara con los países del G-7,  Canadá tiene una tasa de 1.75, Alemania de 0.94, Italia de 0.56, Japón de 0.26, Francia de 1.19 y Reino Unido de 1.20, EU es el país más inseguro de este grupo de países de ingreso alto.

Respecto a temas de salud y bienestar, como la esperanza de vida, EU ocupa la posición 41 de 163 países con una esperanza de vida a los 60 años de 23.27 años. Un indicador que lo pone detrás de países como Panamá que tiene una esperanza de vida a los 60 años de 24.72 años o Corea del Sur con 25.12 años.

La pandemia ha puesto al bienestar y a la salud en el centro de la discusión, sobre todo cuando se consideran enfermedades relacionadas con un poco saludable estilo de vida, y en este aspecto EU ocupa el lugar 54 a nivel mundial en mortalidad prematura por enfermedades no contagiosas (cardiovasculares, diabetes, etc.) con una tasa de 282.19 muertes por 100,000 habitantes. Un desempeño que lo pone lejos de potencias asiáticas como Corea del Sur, Japón o Singapur que tienen las mortalidades más bajas del mundo con 154, 155 y 156 fallecimientos por cada 100,000 habitantes respectivamente.

En estos primeros días de Noviembre, Estados Unidos también se retira oficialmente del Acuerdo de Paris, aspecto preocupante para el mundo en general, pues si se revisan las emisiones de CO2, Estados Unidos ocupa el lugar 189 con 6,510 toneladas equivalentes, sólo por delante de China que emite 13,000 toneladas equivalentes de CO2, siendo los dos países con mayores emisiones de CO2 en el mundo.

Y en términos de educación, si bien ocupa el primer lugar en el mundo por la cantidad de universidades de alto nivel, cuando se mide el acceso a educación básica de calidad (primaria y secundaria), se encuentra que EU ocupa el lugar 91 de 163 países. Superado por Costa Rica que ocupa el lugar 41 o Suiza que está entre los primeros 10 países del mundo en este indicador.

Estos desempeños por supuesto no son resultado de los últimos cuatro años, son una tendencia que hemos podido medir al menos desde hace 10 años; de hecho, Estados Unidos es uno de los tres países del mundo que han retrocedido en progreso social, los otros dos son Hungría y Brasil. Y aunque el motor económico de EU ha estado avanzando en estos últimos 10 años a una tasa promedio de 2.5% anual, y tiene un PIB per cápita ajustado por paridad de compra de 62,683 dólares, ubicándolo en el lugar 8 de 163 países, las condiciones sociales y ambientales, la calidad de vida de los estadounidenses no ha mejorado.

Y por supuesto, en un país tan extenso en territorio, con una población de 328 millones de habitantes, y con una gran diversidad cultural, las realidades son contrastantes. Los números presentados y ese bajo desempeño de EU son reflejo de una desigualdad en bienestar y prosperidad alarmante, por ejemplo, Kentucky y Alabama tienen tasas de mortalidad materna de 40.8 y 36.4 fallecidos por 100,000 respectivamente, en contraste, Illinois tiene una tasa de 9.7 muertes por cada 100,000 de acuerdo con los datos del CDC. Estos contrastes se reproducen en otros indicadores, y se materializan en el malestar de los ciudadanos que no ven reflejado el éxito económico del país en el progreso de sus Estados, ciudades o comunidades. Por eso, independientemente del resultado electoral, los números muestran que Trump tenía razón, Estados Unidos está lejos de la grandeza, al menos cuando de progreso social se trata, y es una tendencia que hemos podido medir desde los últimos 10 años, incluyendo el gobierno de Trump.Para conocer más sobre los 10 años de datos de Estados Unidos y de 163 países, puede visitar la página www.socialprogress.org.

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