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Sin duda el 2020 ha traído múltiples retos a nivel financiero, y aunque atender nuestras deudas y compromisos podría resultar casi imposible, los expertos aconsejan realizar cambios profundos en sus hábitos de consumo, así como buscar el asesoramiento y acompañamiento de las entidades en que tiene sus compromisos cuando se necesario, preferiblemente antes de caer en una condición de morosidad o impago.
La mesura en los gastos y preparación para el año que viene es clave, ya que la entrada vigencia de otros ajustes en la economía nacional producto del posible acuerdo con el FMI, tendrán efectos en la economía, adicionalmente la recuperación de las finanzas públicas es aún lenta y eso afecta otros indicadores como tasas de interés y tipo de cambio.
Para Jorge Solano R., Gerente General de Coopemep lo primero es revisar minuciosamente nuestros gastos. “Debemos reducir o eliminar si es el caso, los gastos superfluos o emocionales, buscar alterativas más baratas y estar muy conscientes de en qué gastamos nuestros ingresos, pues necesitamos invertir en lo realmente prioritario y atender puntualmente las responsabilidades adquiridas”.
¿Pero qué pasa si no pagamos los créditos? Más allá de una llamada, o bien un cobro por parte de la entidad, el deudor que no atiende en tiempo y forma el compromiso asumido se expone a diversas consecuencias, como tener que pagar entre otros, cargos adicionales por morosidad, gestión de cobro y eventuales gastos legales.
Además, esas deudas serán visualizadas por las demás entidades financieros como parte del historial crediticio que cada ciudadano tiene ante la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF), lo que ocasionará que pudiera tener mayores dificultades en el acceso al crédito en entidades financieras formales, supervisadas y reguladas más adelante. Todo esto sin contar procesos legales que podrían ocasionar eventuales embargos y pérdida de bienes, y que la deuda siga creciendo por el proceso de cobro, afectando su presupuesto familiar y personal.
“En casos como estos, lo más adecuado es acercarse a la entidad y explicar la situación, de manera que puedan pactar una fecha o esquema de pagos más accesibles para la persona, renegociar la deuda o buscar algún tipo de acuerdo o producto que le permita primero, ordenar sus finanzas, y luego, pagar sus compromisos”, agrega Solano.
Adicionalmente, y justo en octubre, el mes del ahorro, se destaca la necesidad del ahorro como hábito diario, tanto en el comportamiento de consumo, comprar cosas que realmente necesitamos y no por antojo, como en la reserva de dinero o uso de sistemas de ahorro programado, con el fin de contar con dinero para emergencias o necesidades de capital imprevisto.
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