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En medio de los retos económicos que atraviesa Costa Rica, debido a la lucha contra la pandemia por Covid-19, un importante número de las empresas que se encuentran dentro del régimen de zona franca ha logrado mantener el ritmo de su producción y en algunos casos, incluso crecer. Aunque también hay industrias que se encuentran en este régimen que han sido afectadas, la norma es que como bloque son pilares clave de la economía nacional en el marco de esta crisis.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) señaló que, durante el pasado mes de marzo, la actividad económica costarricense -fuera de las zonas francas- se contrajo 1,1%, la mayor disminución desde septiembre de 2009. La entidad asegura que la caída se debió principalmente a la disminución en la construcción, en los servicios de alojamiento (hoteles), servicios de comida y bebidas (restaurantes) y en la educación pública; todo esto ligado de forma directa con las medidas que se tomaron para disminuir los contagios de Covid-19.
Por el contrario, las empresas que se encuentran dentro del régimen de zona franca y de perfeccionamiento activo, crecieron 12,8% durante el mismo mes. Estas cifras tienen un impacto directo en la economía y en la capacidad adquisitiva de las personas, ya que las industrias que se encuentran en regímenes especiales generan el 10% de la producción, según el BCCR. Adicionalmente, un estudio de PROCOMER señala que 12% de los empleos formales del sector privado proviene de estos regímenes.
Los inmuebles en los que se encuentran las industrias de zona franca, además de generar empleos, encadenamientos y exportaciones, representan transacciones de miles de metros cuadrados, las cuales son clave para la dinamización de la economía. El director de la División Industrial y Logística de Cushman & Wakefield AB Advisory, Bernal Rodríguez, comentó que en los últimos dos meses la compañía, ha gestionado dos expansiones dentro del régimen de zona franca en Costa Rica. La sumatoria de ambas transacciones alcanza los 25 mil metros cuadrados. Adicionalmente, hay varios proyectos que se están gestando y se espera que sean finiquitados este año, lo cual podría llegar a incrementar la cifra a un total de más de 60 mil metros cuadrados colocados durante 2020.
Respecto de la dinámica inmobiliaria de las empresas que se encuentran en estos regímenes, Rodríguez resalta que “aunque muchas de estas industrias se han mantenido estables y algunas, incluso han crecido, también hemos visto afectación en determinadas líneas de producción. No obstante, en términos generales el balance es alentador. Este panorama se torna aún más prometedor debido a que es muy probable que durante 2021 y 2022 algunas industrias, principalmente de manufactura, trasladen sus operaciones a Costa Rica. Además de factores como la capacidad del recurso humano costarricense y la seguridad jurídica -ambos diferenciadores clave para la exitosa atracción de inversión extranjera durante las últimas décadas- ahora las compañías también están valorando el buen manejo de la pandemia por parte de las autoridades y de la población, así como el robusto sistema de salud pública nacional. Lo cual ha generado una excelente imagen del país que se traduce en confianza y nuevas oportunidades”.
En línea con la implementación de los nuevos protocolos que han surgido en esta coyuntura, Cushman & Wakefield brinda acompañamiento y asesoría a sus clientes en Costa Rica y el mundo. En la infografía adjunta se muestran algunas de las recomendaciones que brinda la firma para el desarrollo de una gestión segura en el sector industrial.
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