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Por: Lic. Ernesto Hip Ureña, M.A.E.
Director de la Carrera de Administración y Economía
Universidad Fidélitas.
Correo: ehip@ufidelitas.ac.cr
La encrucijada de todos nosotros es cómo bajar el endeudamiento país en el que nos hemos ido metiendo año con año y como cualquier familia, hemos buscado consuelo pensando en que el futuro será mejor, lo cual es muy loable, pero la verdad es que tenemos que tomar las riendas de la situación y generar acciones que nos lleven hacia una situación económica que nos permita invertir en el desarrollo del Costa Rica.
Este panorama lo tenemos desde hace algunos años, y no nos deja avanzar al ritmo que se requiere para tomar confianza y revertir el síndrome de la desconfianza e incertidumbre que priva en alguna parte de la población.
Nuestro país goza de aspectos muy positivos que debemos resaltar, como la posición geográfica que nos permite disfrutar de temperaturas agradables todo el año, porque no tenemos temperaturas extremas como otros países. Adicionalmente, las distancias entre los diferentes lugares de nuestro país, son relativamente cortas, lo cual hace que no solo podamos explotar esto para el fomento del turismo, sino que nos permite desplazarnos para trabajar o estudiar entre las diferentes provincias. Indudablemente, lo que sí necesitamos es una red de transporte público que movilice a la población en forma eficiente y con horarios que se cumplan, para que como población comencemos a dejar nuestros vehículos en las casas y con ello, reduzcamos la flotilla de vehículos que circulan diariamente en la carretera de nuestro país.
Me atrevo a pensar que una gran mayoría está de acuerdo conmigo, pero que también algunos en este momento se estarán cuestionando de dónde sacar los fondos, si seguimos sumamente endeudados. Pues la solución la tenemos a la mano mediante las figuras de estructuraciones de títulos valores y la concesión de obra pública.
La titularización es un instrumento que se ha utilizado con gran éxito, no solo en el exterior, sino que, en Costa Rica, se ha demostrado que, tanto el Banco Nacional como el Banco Costa Rica, han sabido utilizarla para infraestructura de plantas hidroeléctricas, como Peñas Blancas y Cariblanco, entre otras.
Por su parte la concesión de obra pública ha sido exitosa en todo el mundo y en Costa Rica, aun cuando ha sido satanizada por algunos, debemos reconocer que, bien o mal, así es como hoy día tenemos la carretera de la ruta 27, que muy probable no la tendríamos sino hubiéramos usado este modelo.
Ahora bien, si se tiene la figura de concesión de obra pública y a las instituciones financieras que pueden gestar el levantamiento de los fondos por medio de títulos valores, con mejoradores crediticios acorde con los niveles de riesgo apetecidos por los compradores, la pregunta sería ¿De dónde sacamos los compradores? La respuesta está en las operadoras de pensiones, en los fondos de inversión, las aseguradoras y el público en general, que hoy tienen sus fondos en otros instrumentos de menor rentabilidad, concentrados y además sin ser aprovechados para el desarrollo del país.
Es evidente que lo que se requiere es un poco de voluntad de todas las partes: legisladores, población en general, instituciones financieras, compradores institucionales y físicos que decidan poner sus ahorros en mediano y largo plazo.
Sí es posible realizar este tipo de círculos virtuosos, donde los fondos y aseguradoras, están deseosas de comparar títulos valores de calidad, conforme a los apetitos de riesgo que cada uno de ellos ha determinado y que hoy día están migrando al exterior, por falta de títulos valores o concentraciones no deseadas en la administración de los portafolios.
Tenemos la capacidad para poder revertir la situación que hoy se nos presenta, pero ante todo debemos cambiar nuestra mentalidad, de negatividad ante cualquier figura que se nos presente, distinta al financiamiento o a que el Gobierno haga la obra, ya que estamos claros que en este momento no es posible pedir este tipo de cosas, por cuanto existen prioridades para la Hacienda Pública.
En algún momento leí en la carretera a Valparaíso en Chile, la siguiente frase: “Esta carretera fue construida con los ahorros para su pensión, en el futuro esta carretera le generará su pensión”. Esto es un vivo ejemplo de que es un ganar ganar. Y aclaro, no se invierte por parte de los fondos en la construcción de la carretera, se invierte en títulos valores, con mejoradores crediticios y se evalúan conforme a los apetitos de riesgo que cada comprador ha determinado.
Este artículo no tiene por objetivo entrar en polémicas, sino ofrecer una opinión de como se han hecho en otros lados del mundo y en Costa Rica, obras que hemos disfrutado todos los que habitamos en este país. También busca hacer una reflexión de que, si nos organizamos en forma adecuada, podemos acelerar el desarrollo del país, minimizar las presas, bajar la factura petrolera, generar mejores rendimientos para los inversionistas, que dicho sea de paso, dentro de esos está, el fondo de pensiones que para muchos de nosotros es administrado por una operadora.
Pensémoslo y la próxima vez que oigamos de las figuras de titularización, concesión de obra pública y fideicomisos, analicemos qué es lo que podríamos tener como ganancia, no para nosotros en forma individual, sino como país; y sobre todo exijamos al Gobierno, que el equipo de negociadores que se siente en la mesa, sea tan agresivo en su forma de proteger al país, que saque las ventajas y las mejores condiciones que sean posibles, ya que nadie entra en un negocio para perder.
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